Celos

martes, 25 de mayo de 2010

Camina por la arena solo. Su sangre arde de amor, pero su corazón llora de dolor. Se siente solo y desprotegido ante su mayor anhelo, un anhelo que tal vez anhele a otra persona.
Sus pies están descalzos, pero no le importa el dolor. No lo siente, o tal vez no le interesa estar bien.
Sufre y padece, pero no llora. Sabe que serán lágrimas amargas, lágrimas que ninguna mano recogerá, porque las manos de ángel que ama, no están para él.
Sabe que son lágrimas de sangre....
Lagrimas de un vampiro...